
Igea huele a miel: así se cuida la apicultura en “Miel del Pueblo”
En Igea, un rincón tranquilo al sureste de La Rioja, donde las estaciones marcan el ritmo y el campo respira con calma, hay un proyecto que late con constancia y dulzura: Miel del Pueblo. Una cooperativa familiar que ha hecho de la apicultura algo más que un oficio. Aquí se cultiva el respeto por el entorno, la devoción por las abejas y el compromiso con una miel que sabe a paisaje.
Una miel que no necesita artificios
Cualquier amante de la miel sabe que no todas son iguales. La de Miel del Pueblo no pasa por filtros innecesarios ni tratamientos industriales. Es miel 100% natural, sin aditivos ni conservantes. Pura. Con cuerpo. Con textura real. De esas que cristalizan cuando deben, como prueba de que no han sido adulteradas.
Cada variedad —tomillo, romero y bosque— nace de la recolección respetuosa de la floración local. Se extrae con delicadeza, se envasa sin prisas y se conserva con mimo para que conserve todos sus nutrientes. No hay más secreto que el de siempre: hacer bien las cosas.
Un trabajo artesanal con respaldo oficial.
Miel del Pueblo no sólo presume de producto. También cuenta con el aval de distintos sellos de calidad que lo certifican:
🐝 Sello de Artesanía de La Rioja, que garantiza su producción artesanal con técnicas tradicionales.
🌿 Sello de la Reserva de la Biosfera, gracias a sus colmenares situados en plena naturaleza.
🍯 Sello de Alimentos de La Rioja – Calidad Garantizada, que destaca su pureza y excelencia.
Estos reconocimientos no se buscan, se ganan. Y en este caso son consecuencia de una manera de entender la apicultura desde el respeto y la coherencia.
La miel también se cuenta
Desde la cooperativa, Gerentes y apicultores combinan experiencia, tradición heredada y una mirada consciente sobre el futuro del campo. Lo hacen en silencio, pero con constancia. Y aunque su presencia en redes sociales es aún discreta, puedes encontrarles en Facebook, Instagram y en su propia web oficial, donde cuentan más sobre sus variedades, sus procesos y sus valores.
Además, en la web de Artesanía de La Rioja también encontrarás información detallada sobre su trabajo dentro del tejido artesanal de la región.
Bosque, tomillo y romero: tres paisajes, tres sabores
¿A qué sabe el monte riojano? En la miel de bosque, el sabor es potente, oscuro, con carácter. En la de tomillo y romero, en cambio, hay notas florales más suaves, un dulzor más amable. Todas comparten una misma premisa: están vivas. Cambian con el clima, con las estaciones, con las floraciones. Y eso las hace irrepetibles.
Cuando comer miel es también cuidar el territorio
Consumir miel local es mucho más que endulzar el desayuno. Es apoyar una forma de vida ligada a la tierra, fomentar la biodiversidad y reconocer el papel vital de las abejas en nuestros ecosistemas. Y en Igea, hay quienes lo hacen cada día sin buscar protagonismo.
Por eso, si alguna vez pasas por La Rioja Baja, no dudes en buscar este tarro que no grita desde la estantería, pero que cuando lo pruebas, te lo dice todo.