Sangre de cerdo, manteca, sal, cebolla, arroz y pimienta como especia característica, son los ingredientes de la tradicional receta que, en Morcillas Montse, ha pasado generación tras generación sin variar a penas su forma de elaboración.
Desde principios del siglo pasado, -casi treinta años-, en la villa de Foncea como lugar particular, ha sido donde de forma artesana y en una cocina de matanza, Azucena aprendió de su madre y de su abuela el misterio de éste gran embutido, que es reconocido en todo el país, por su sabor sin igual.
La consistencia firme y compacta del tacto, el brillo de la piel, el olor a fresco y el buen estado de hidratación son unos de los factores de calidad de Morcillas Montse, que por supuesto es un producto que reúne todos los requisitos para estar homologado por la C.E.E. como una prueba más de su gran calidad.
Por todo esto, Morcillas Montse os desea que probéis y disfréis el gran sabor y la alta calidad de sus morcillas.